Moría el sol tras la iglesia cuando vi a J -mi perro- entrar y salir del cementerio llevando huesos en la boca. Aunque cada una de las veces intenté llamarle, correr tras él y hacerle parar, no hubo manera. Al final lo entendí: hueso a hueso, me estaba llevando de vuelta a casa.
Alfonso J. Prado Rey – Por: AMANCU; Cunit (Tarragona)
De vuelta a casa
Noviembre
Alfonso J. Prado Rey
Entidad beneficiaria: AMANCU - Amics dels animals de Cunit
Etiquetas
No te pierdas
«Los animales son fines en sí mismos» No hay rascador que aplaque mi ira, ni arenero que pueda recoger la rabia de mis entrañas,…
Recuperar la utopía navideña Hay una pieza de cámara, para violín y piano, del genial compositor ruso Alfred Schnittke, que se titula Stille Nacht…