Louie, Banana y Brian: buenas vibraciones
Lo que Brian vio con sus ojos en aquella soleada jornada de playa, fue a Louie y Banana, sus amados perros, jugando a saltar las olas y retozarse en la arena. Con su mente, sin embargo, logró ver algo más. Vio la vibración que conectaba a los animales con el océano, la de este con la costa y de ahí al resto del mundo vivo. Aquello le pareció hermosamente inspirador.
Hacía un par de años que esa misma mente se había desbordado conduciéndole a la primera de muchas crisis nerviosas que acabarían con un diagnóstico de trastorno esquizoafectivo. Agotado por tener que subirse a los escenarios con el resto de su banda –The Beach Boys-, Brian Wilson (1942-2025) decidió retirarse a la sombra para hacer lo que realmente le gustaba: crear y producir.
Cuando a finales de 1965 los cuatro de Liverpool lanzaron al mercado Rubber Soul, una colección de temas enhebrados con un hilo conductor, Brian entendió lo que realmente quería hacer con la música: abandonar el clásico surf californiano para crear el mejor disco de rock de todos los tiempos. Y lo consiguió.
En 1966 salió a la luz Pet Sounds, trece hermosas canciones con un nexo conceptual y musical: el amor y la fragilidad de las relaciones. Letras brillantes, sonidos armónicos y ruidos cotidianos (un timbre de bicicleta, botellas, campanas y botes) se sobreponen en capas creando texturas al modo del Wall of Sound de Phill Spector, para narrar la historia de un hombre que intenta reconciliarse con el mundo que habita dentro de sí y con el que le rodea. Y ahí están Banana y Louie, la vibración que conecta ambos polos -interno y externo-, sombras inspiradoras del álbum que toman el primer plano -como lo hacen las luces y sombras de Brian- para ladrar sus frases al final de la emotiva Caroline, No.

«¿Sabías que los perros pueden captar las vibraciones de las personas? Por eso ladran a algunas o se acercan a otras. Los perros te quieren, Brian». Las palabras de su madre, resonaron en la cabeza de Brian en aquella soleada jornada de playa, mientras Louie y Banana jugaban a saltar las olas y retozarse en la arena. Así nació Good Vibrations, el sexto mejor tema de la historia, inexplicablemente descartado de Pet Sounds.
Brian Wilson logró su objetivo: creó el mejor disco de rock de todos los tiempos; hasta que un año después, los Beatles contraatacaron con el Sgt. Peppers.
Banana y Louie siguieron acompañando sus luces y sombras hasta que sus corazones dejaron de vibrar. Hace unas semanas, Brian se unió a ellos. Ahora, juntos, tal vez surfeen las olas de la eternidad.
