Rain dogs o los seres abandonados de Tom Waits

40 años de extrañamiento y soledad

Tiene, Tom Waits, esa mirada abrupta y silenciosamente elocuente de quienes han sido atravesados por la cara más oscura de la vida. Trasluce, su ronca y áspera voz, la cicatriz de un pasado marcado por la adicción, la depresión y la marginalidad. Es, su mirada, el cuchillo que engendró esa herida, el reflejo del extrañamiento que en ocasiones nos produce la vida, el temor para el observador que desconoce los elementos constitutivos de la soledad. Hay, en su boca, una verborrea sosegada que, en sus cadencias rasgadas, acaba por arañar la piel de quien lo quiere escuchar haciéndole copartícipe de la realidad a la que no solemos mirar. Esa en la que el extrañamiento deviene en confusión y la soledad en abandono. Esa en la que habitan quienes, por uno u otro motivo, han perdido el rumbo.

Es Rain Dogs (1985) una radiografía en 19 canciones, convertida en tributo a todas esas personas perdidas, heridas o errantes que habitan, desarraigadas, las calles de pueblos y ciudades. Esas personas marginadas y abandonadas por el resto de la sociedad, como lo son los perros y gatos callejeros, alegorías y a la vez compañeros en su condición de desposeídos urbanos. Sobre todas ellas, Thomas Alan Waits (1949) escribe historias y melodías, versos y sonidos que mezcla con los de la propia calle, reivindicando la humanidad inherente a su condición y redignificando el sentido de la derrota.

En la canción homónima, Waits construye una delicada y esclarecedora metáfora que ayuda a comprender el extrañamiento y la soledad de todos estos animales. Así, de la misma manera que, tras la lluvia, un gato o un perro pierde el rastro de los olores que le guían hasta su casa; los humanos, tras una crisis o una experiencia traumática, nos sentimos confusos y desorientados. Ese desprendernos de un hogar mental, de la ausencia de un apoyo comunitario y, en fin, de la desconexión con el mundo, puede llevarnos a naufragar, tras la lluvia, sin encontrar puerto alguno. Por eso, cuando abandonamos a una persona o la desasistimos mirando a otro lado a pesar de verla sufrir, estamos contribuyendo a su soledad y extrañamiento ante el mundo. Cuando a quien abandonamos es a un animal, nos convertimos en la tormenta que borra el camino hacia el que, sin duda, fue su único hogar. Y cuando nos vamos abandonando a nosotros mismos, corremos el riesgo de llegar a ser auténticos rain dogs.

Mientras la lluvia cae afuera, escucho la ronca y áspera voz de Tom Waits, ese hombre que dijo ser como un perro que a veces respondía a la llamada y otras se revolcaba en sí mismo. Observo su mirada abrupta y silenciosamente elocuente en una fotografía. Posa en medio de la calle acompañado de un asustadizo can. Quizás ambos hayan encontrado en el otro, el rumbo perdido.

No abandones nunca a un animal en la calle.

No abandones nunca a un animal.

No abandondes nunca.

A nadie.

RAIN DOGS

Inside a broken clock

Splashing the wine

With all the Rain Dogs

Taxi, we’d rather walk.

Huddle a doorway with the Rain Dogs

For i am a Rain Dog, too.

Oh, how we danced and we swallowed the night

For it was all ripe for dreamin’

Oh, how we danced away

All of the lights

We’ve always been out of our minds.

The Rum pours strong and thin

Beat out the dustman

With the Rain Dogs

Aboard a shipwreck train

Give my umbrella to the Rain Dogs

For I am a Rain Dog, too.

Oh, how we danced with the

Rose of Tralee

Her long hair black as a raven

Oh, how we danced and you

Whispered to me

You’ll never be going back home,

You’ll never be going back home.

RAIN DOG (Traducida)

Dentro de un reloj destrozado

Salpicando el vino

Con todos los rain dogs

Taxi!, preferimos caminar

Acurrucarnos en un portal con los rain dogs

Porque soy un perro de lluvia, también.

Oh, como bailamos y nos tragamos la noche

Porque estaba todo listo para soñar

Oh, como bailamos alejándonos de todas las luces

Siempre hemos estado fuera de nuestras mentes

El ron se vierte fuerte y delgado

Derrota al basurero

Con los rain dogs.

A bordo de un tren naufragado

Dale mi paraguas a los rain dogs

Porque también yo soy rain dog.

Oh, como bailamos al compás de “Rose of Tralee”

Su largo cabello negro como un cuervo

Oh, como bailamos y tú me susurraste

Jamás volverás a casa.

Jamás volverás a casa.

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