Una vieja lucha de Félix Rodríguez de la Fuente
Los años nos han hecho darnos cuenta de que el gran naturalista Félix Rodríguez de la Fuente no sólo ha sido un comunicador único, capaz de transformar la mirada al medio ambiente de su tiempo, sino que, a la larga, se ha revelado como un gran visionario. ¿Cómo? Sin duda, del modo más sencillo posible: haciendo caso a los planteamientos científicos, que, ya en los años 70, anunciaban que grandes peligros se cernían sobre la naturaleza, sobre los ecosistemas y, en particular, sobre ciertas especies, ya entonces amenazadas de muerte. Gracias a la sensibilidad y a las estructuras conservacionistas que él mismo propugnó, hoy podemos regalarnos noticias como la que, la semana pasada, anunciaba que la recuperación del lince ibérico es un hecho… un verdadero hito natural en nuestra historia. Somos muchos y muchas los que aún recordamos aquel conmovedor episodio de El Hombre y la Tierra, en el que Félix Rodríguez de la Fuente narraba la que podría ser la vida en soledad del último lince de España… un ejemplar mayor, sin contacto ya con ningún otro miembro de su especie. La formidable metáfora prendió en nuestra conciencia ecológica y el camino emprendido entonces da ahora sus frutos, medio siglo después. ¡Qué gran lección para abordar otras cuestiones medioambientales como el cambio climático!
Sea como fuere, estamos de enhorabuena. El hermano mayor de nuestros mininos parece que vuelve a poblar nuestros bosques. ¿Lograremos lo mismo con el gato montés, el otro hermano mayor, presa de lo que se ha denominado “la extinción silenciosa”, que ya denunciara fehacientemente, Rodríguez de la Fuente?