Perros en la playa

Tan sólo un bello aforismo de jordi doce

A veces, es difícil saber por qué unos libros insípidos triunfan y otros maravillosos, llenos de gusto y de genio no tienen el mismo éxito. Perros en la Playa (Madrid, 2011), del poeta y traductor Jordi Doce es una obra delicadísima – más delicada aún por verse acompañada por las ilustraciones de Javier Pagola –, viva, llena de espontaneidad, ironía e inteligencia, pero que, mucho nos tememos, no ha tenido la repercusión que habría merecido. Su título parte de una maravillosa asociación: la libertad creativa es un perro corriendo feliz por una playa. Non plus ultra.

“Una nota escrita hace meses me ha dado el título para este cuaderno. Porque así han sido, así entiendo ahora estos comentarios: sin rumbo preconcebido, arbitrarios y espontáneos como las carreras de los perros en la arena, moviéndose nerviosamente de un lado a otro, incapaces de buscar otra cosa que su propio cumplimiento, la felicidad íntima de un correr que es también juego, búsqueda de compañía, diálogo con los otros perros que comparten la playa. Esa libertad, sobre todo.”

(Jordi Doce, Perros en la Playa, La Oficina, Madrid, 2011).